
En la cultura occidental tenemos unas ideas muy extrañas acerca de la riqueza y la pobreza. De algún modo creemos que la riqueza tiene algo que ver con el dinero y las posesiones. Éste es un concepto particularmente occidental. Qué arrogancia llamar pobre a otro sólo porque tiene poco dinero. Irónicamente, parece existir cierta correlación entre tener mucho dinero y ser pobre de espíritu; al menos muchos profesores espirituales nos previenen de esa posibilidad. ¿Y si ser pobre es no saber y no tener cultura propia? ¿Y si ser pobre es no estar arraigado a la cultura y a la tierra de los antepasados de uno?.
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