martes, 29 de enero de 2008

Lo bueno de lo malo

El presidente del consejo de administración de una gran empresa tenía un excelente asesor financiero el cual tenía una extraña costumbre. Fuera cual fuese su consejo, siempre le decía al empresario, que ocurriera lo que ocurriera, sería bueno. Independientemente de lo que sucediera a las ventas, los beneficios o los stocks de la empresa o de las campañas que lanzasen los competidores o de las demandas judiciales que presentase el público en su contra, el consejero siempre le decía: "Esto es bueno".
Un día el presidente del consejo perdió varios dedos en un accidente. El consejero fue a visitarlo y tras mirarle la mano vendada, le dijo:"Ya verás como esto es bueno".
"Sí, claro. Ya basta -dijo el empresario-. Quedas despedido. Largo de aquí".
El empresario volvió al trabajo, todavía enojado por la pérdida de sus dedos. Cuando la herida se curó, decidió tomarse unas vacaciones y hacerse un regalo. Le fascinaban las culturas primitivas y decidió hacer un estudio de campo. Contrató a un guía, a varios porteadores y con algunos socios suyos partió hacia África.
El primer día, el inexperto guía se perdió y fueron capturados por unos caníbales. Ya habían encendido las hogueras, puesto las ollas en ellas y los cautivos esperaban ser cocinados. Cuando llegó el jefe de la tribu para contemplar los preparativos, vio que al empresario le faltaban algunos dedos y detuvo la ceremonia. "Este hombre es imperfecto-dijo-. No comemos gente con imperfecciones. Eso afectaría nuestras generaciones futuras. Soltadlo".
Cuando el empresario volvió a casa, fue a ver a su ex consejero. Estaba desempleado y vivía de sus ahorros en una casa que había alquilado.
"He venido para disculparme-le dijo. Tenías razón".
"¿Qué quieres decir?", preguntó el consejero.
El empresario le contó lo que le había ocurrido con los caníbales y qué le había salvado la vida. "Fue realmente bueno perder los dedos. Lamento mucho haberte despedido y haberte arruinado la vida y la reputación. ¿Qué puedo hacer para compensarte de mi error?"
"Pero si fue bueno que me despidieras"
"¿Qué quieres decir con que fue bueno que te despidiera?"
"Si no me hubieras despedido, habría ido de safari contigo y me habrían comido los caníbales".

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1 comentario:

Fata Morgana dijo...

jajajajajaja
me ha encantado. Y no sólo a él se lo hubieran comido...
Beneficios de la aceptación.
Un saludo.