martes, 29 de enero de 2008

Más allá de las influencias

Unos dicen que es mejor dedicarse al trabajo interior, expandir nuestra esencia espiritual, dejando a un lado el interés por lo material, pues las pertenencias no perduran.
Otros dicen que es mejor dedicarse a labrarnos un entorno cómodo, vivir en la abundancia material, dejándose de meditaciones y todos esas cosas, pues hay que vivir el presente al máximo.
También encontramos a muchos , cada vez más, que dicen que lo importante es el equilibrio, repartir nuestro tiempo de forma que la parte material y la espiritual reciban ambas nuestra atención y energía.
Y no podemos olvidar a los que dicen que no importa si dedicamos más tiempo a una cosa que a otra, ya que todo es UNO y todos los caminos están unidos.
Ante tantas visiones diferentes sobre que hacer con nuestro tiempo y espacio, es necesario, y casi inevitable, preguntarnos,¿cómo me siento con el ritmo de vida que llevo?
Hay personas que se retiran a meditar a la montaña y así se sienten realizadas, otras en cambio prefieren la actividad de las ciudades, otras combinan ratos de vida social con ratos en soledad, otras no se sienten felices y buscan sin parar,...
¿Quién puede decir que una hace bien y la otra no? ¿Quién puede saber que es lo mejor para el otro?
Quizás lo mejor que podemos hacer para ayudar a nuestro prójimo y al planeta es alcanzar el ritmo cotidiano que nos genera paz y estimula nuestra fuente de Amor, sin escuchar tanto lo que unos y otros dicen y sin opinar con tanta ligereza sobre el ritmo ajeno. Si encontramos nuestro FLUIR más allá de toda influencia, podando y plantando cuando así lo sentimos, podemos acercarnos más y más a nuestro centro de Luz original y ayudar, con nuestra vibración mansa y honesta, a todos los seres que nos rodean.

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